Disociación y confusión; evolución del mecanismo disociativo y surgimiento de estados confusionales en el momento de la reintroyección
Palabras clave:
envidia, ansiedad, confusión, psicopatología, vínculo, control omnipotente, regresión, identificación proyectiva, aspectos psicóticos, caso clínicoResumen
El mecanismo de disociación puede ser utilizado en algunos casos como una forma de defensa contra la confusión. Así se vio muy claramente en el análisis de una Joven de 23 años. Al principio de su tratamiento hacía una estricta separación entre el temperamento y el pensamiento; entre el cuerpo y la mente. Colocaba en la mente todo lo malo y lo proyectaba en su madre; era ésta la que pensaba por ambas y la paciente era el cuerpo ejecutante. Esta disociación no era totalmente exitosa, como es de suponer, dado que no podía dejar de pensar; cuando hacía conciencia de esto, recurría a otra defensa que era la negación del pensamiento a través de la no verbalización del mismo. Por otra parte evitaba la unión sexual de sus padres, durmiendo en su mismo dormitorio, para que no se rompiera la simbiosis familiar existente, que le servía para ubicar sus partes disociadas. En un momento de su análisis vio que lo que deseaba se podía realizar: unión de fantasía y realidad, de pensamiento y acción, de cuerpo y mente. Esto le trajo mucha angustia, pero le sirvió para admitir su unión con la analista. Pasa luego por un período homosexual fálico, que al ser analizado, la hace regresar a una relación oral. Fue en este momento, en el que, al admitir su unión con la analista caía en una confusión; no sabía qué, ni quién era ella. Al admitir la interpretación, la analista entraba en ella y la confundía, no entendía. Como reacción defensiva regresaba a una situación fetal. La confusión era motivada por su avidez y su envidia al objeto bueno. Se describe un nuevo período del análisis en donde la paciente empieza a incluir la figura masculina (el padre) con autonomía e independencia del resto del grupo familiar, estableciéndose una clara situación edípica. Se defiende de ella tratando de volver a unirse a su madre. Por otra parte sentía que no podía realizar el Edipo, por existir una confusión también con respecto a los roles: femenino, masculino, como c9nsecuencia de las fantasías de masturbación infantil, que surgieron en su recuerdo por esta época del tratamiento. Reestablece una nueva unión oral con su analista, logrando así vencer su confusión. En las conclusiones finales se describe, siguiendo las teorías klenianas, cómo la disociación era la defensa de la confusión, motivada en última instancia por el incremento de la envidia y la persecución.
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Referencias
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