Notas sobre la actividad lúdica del adulto:

El ajedrez

Resumen

Trabajo leído el 18 de junio de 1956 en la Asociación Psicoanalítica del Uruguay. Un aspecto del tema fue presentado en el Primer  Congreso Latino-Americano de Psicoanálisis, en Buenos Aires, el 16 de julio de 1956 con el título: “Significados del juego de Ajedrez en un caso de Autismo”.

Se plantea el problema de que es lo que ocurre en el adulto que juega y por qué juega. Se orienta el problema en otro sentido: qué es lo que ocurre en el adulto que no puede dejar de jugar. Situación en la que estaba un paciente autista cuya actividad casi exclusiva era jugar al ajedrez. La actitud total del paciente, los gestos, su modo de moverse, sus frases incoherentes constituyeron su modo ajedrecístico de comportamiento en la relación con el psicoanalista, así la situación pudo ser interpretada y tener acceso al núcleo autista de su personalidad, el “hada” madre idealizada, que debía defender y conservar, que podía llevarlo a la inmortalidad si lograba salvarla del ataque de sus perseguidores, internos y externos. El ajedrez era la representación del drama interior del paciente; allí, en los límites del tablero, podía ordenar y reordenar sus objetos, probar su capacidad de defensa, evitar el “torbellino”, que era el caos interno, la mezcla de las buenas y las malas imagos. Estas situaciones eran llevadas en la transferencia con frases — y palabras — piezas de ajedrez, en sesiones - partidas de ajedrez. La técnica de interpretación fue la descrita por Melanie Klein respecto al juego de los niños. El cambio en la situación interna del paciente se mostró en el momento en que “cambia de juego”, y me propone “jugar a los dados”, lo que significó una actitud menos controlada, aceptar el azar, el tiempo y la muerte. Pudo hablar en forma más coherente y paulatinamente enriquecer sus relaciones con el mundo, rompiendo los límites rígidos del “tablero de ajedrez vital”. Se concluye:
1º Que la situación de juego en el adulto expresa y satisface situaciones de ansiedad primitivas (paranoides y depresivas).
2º Que también en el adulto constituye un puente entre la fantasía y la realidad; que es un medio para la acción, pero que cuando se pierde el carácter de “como-si” se convierte en la acción misma.
3º Que participa de las mismas características internas, funciones e intencionalidad que el juego de los niños, descripto por Freud y Klein.
4° Que el caso citado fue interpretado de acuerdo a los principios de Melanie Klein, y que en momento en que se debilita el “hada”, objeto idealizado, pudo darme palabras y salir de la situación-ajedrez, admitir la muerte y vivir, analizando a través del mecanismo de identificación proyectiva sus ansiedades paranoides y depresivas, expresadas en el juego de ajedrez.