Una historia de histeria y misterio

Autores/as

  • Juan Carlos Capo

Palabras clave:

historia, memoria, sentido, paradoja, síntoma, significante

Resumen

Esta comunicación se abre con "La etiología de la histeria", conferencia de Freud en 1986, en la Sociedad de Psiquiatría y Neurología de Viena, donde se la recibió como un cuento de hadas científico. A continuación se enumeran los principales relatos clínicos que Freud llamaba historiales, y también casos, siguiendo la terminología psiquiátrica imperante en la época. Estos historiales se leían como novelas y al delirio de los paranoicos -enajenación poética de una enajenación respecto de un linaje-, Freud los dio a conocer como novelas familiares y lo hizo extensivo también a los neuróticos. Luego se hacen consideraciones sobre el apareamiento del dormir a la muerte, de la melancolía a la tristeza, de la manía al júbilo, y del sacrificio a la religión; considerándose que de la misma manera es dable articular memoria a ficción. La historia en psicoanálisis es histerizable. No es la historia que atañe a los médicos, ni la crónica de la que derivan los historiadores. En psicoanálisis, la historia tomará algo en préstamo de ambas, pero será "de sí" que el psicoanálisis justificará su naturaleza. Gilles Deleuze, que incursiona in extenso sobre el pensamiento estoico en su libro "Lógica del sentido", se detiene sobre las paradojas de Alicia, la heroína niña de Lewis Carroll, como referencia introductoria a efectos de ilustrar de otro modo el relato en psicoanálisis. Se discurre si será el concepto o la representación discursivamente elaborada lo más operativo a usar, tanto por parte del paciente, como por parte del analista, bregando por un "bien decir" que ponga a plano las cicatrices que constituyen los síntomas, dado que "la escritura salvaje del síntoma en una escritura de cicatriz" (Mayette Viltard). El acto de decir del analista, como acción verbal, debe huir del lugar común, de los adjetivos y de las etiquetas nosológicas, así como de actitudes hermenéuticas a ultranza, instrumentos que testifican de un sujeto psicológico o psiquiátrico, que no de un sujeto del inconsciente. El referido acto del analista debiera apuntar más a la temporalidad y el devenir, a los signos que hacen síntoma, produciendo "efectos de superficie". Son ejemplos de esto último los "acontecimientos incorporales", hechos de lenguaje que insisten, en el relato que hace de su vida el paciente, requiriendo del analista una actitud de escucha, cautela, tanteo y abordaje heteróclito, mencionándose la paradoja, el sinsentido y el humor, como instrumentos imprescindibles para "hacer historia"

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Publicado

1997-01-01

Número

Sección

Panel sobre relato

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