Aislamiento y circum:
el «duro deseo de vivir»
DOI:
https://doi.org/10.36496/n130.131a15Resumen
Afectados, como todos, por los impactos subjetivos precipitados por el aislamiento, los psicoanalistas hemos apelado a nuestro arsenal conceptual para intentar hacerlos más comprensibles. Se ha hablado, en ese sentido, de «situación traumática compartida», se ha intentado trazar sus semejanzas y sus diferencias con las neurosis traumáticas y las neurosis de guerra descriptas por Freud, se han mencionado insistentemente las pérdidas y el consecuente trabajo de duelo que nuestra actualidad exige…
Mi impresión es que las categorías de trauma y de pérdida, en tanto articuladas al deseo inconsciente, tienen para el psicoanálisis un sentido altamente singular: es —por otro lado— lo que los torna operativos en nuestra clínica. Es lo que hace difícil «generalizar» la condición traumática de un acontecimiento disruptivo, por impactante que resulte desde una perspectiva convencional, y es también lo que hace problemático imputar a-priori un estatuto de «pérdida-a-duelar» a —por ejemplo— la muerte de alguien que nos es próximo, o la cancelación de un proyecto. Es la temporalidad del a-posteriori la que permite verificar, en el caso por caso, la significación de trauma o de pérdida: apresurarse a otorgarla, o darla por descontado, supone teñir con los propios prejuicios el acceso a la subjetividad de nuestros analizantes. (…)