Para la evocación del Dr. Juan Carlos Plá
Resumen
En mis dieciocho años, yo emigraba de mi ciudad natal (50.000 habitantes) a la capital (1.000.000 de habitantes) como flamante bachiller que iniciaba su formación universitaria. El impacto de este exilio, rito iniciático del ingreso a la vida adulta, deja marcas imborrables. Allí conocí a Juan Carlos Plá, unos años mayor que el que escribe. Mi vocación psicológica ya estaba arraigada en mi alma, y la enseñanza médica inicial, con cadáveres y microscopios, me atraía y capturaba menos que el debate social que se llevaba a cabo en la actividad gremial de la Asociación de los Estudiantes de Medicina (AEM) y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU). (...)